JUAN SOLDADO
Autor: Fernán Caballero
(palabras del texto: 3.700)
Esto era y dejará de ser hasta que te lo cuente otra vez: Un mozuelo sin
oficio ni beneficio, al que le tocó en suerte ser soldado. Juan, que
así se llamaba, sirvió como soldado ocho años, se volvió a reenganchar otros
ocho y, después, ocho más.
Cuando hubo cumplido el último reenganche ya era un veterano cuarentón
que no servía para los duros trabajos del ejército, de manera que lo
licenciaron, dándole por toda paga un pan de canto y seis reales.
-¡”Malhaya” sea mi suerte, –pensó Juan Soldado echando a
andar por el camino adelante- que, después de servir al rey veinticuatro
años, no he sacado en limpio más que un pan de canto y seis reales! Pero,
¡anda con Dios!, que Juan Soldado es un hombre de bien que ni debe ni teme.
Eran los tiempos en que Jesucristo andaba por el mundo, llevando con él
a San Pedro y quiso la Providencia que Juan Soldado les alcanzara por el
camino. Viendo Jesucristo que Juan venía pisándoles los talones,
dijo a San Pedro:
-Ve y pídele una limosna, Pedro.
San Pedro le salió al paso:
-Buen hombre, Dios te bendiga. Una limosnita para estos pobres que no
han comido en tres días.
San Pedro, que era hombre de corazón blando y sentía gran sofocación
con estos asuntos, se disponía a desistir del
intento, dejando a Juan Soldado seguir su camino; pero Jesucristo, que
conocía el fondo de las almas, más allá de lo que pueden ver los ojos, apenas
volvió a su lado, le dijo:
-Pedro, has de tener más fe en los asuntos que te encomiendo,
pues éstos no son en vano. Ve, pues
y pídele una limosna. Te sorprenderá lo que despierta en su alma el
convencimiento de la tuya.
San Pedro aligeró el paso y abordó de
nuevo a Juan Soldado:
-Perdóname, hermano. Sé que tu necesidad es, por lo menos, tan grande
como la nuestra, pero créeme si te digo que compartir un poco de tu
generosidad, es suficiente para mitigar nuestra
desdicha, al menos por un día más.
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-Veinticuatro años sirviendo al rey y no tengo más que un pan de canto
y seis reales –dijo Juan Soldado-, pero, después de entregar veinticuatro
años de mi vida al rey a cambio de tan poco, ¿no he de daros a vosotros, que
tan necesitados como yo estáis?
Y, diciendo estas palabras, sacó su navaja, hizo tres tercios del pan,
les dio dos y se quedó con uno.
A las dos leguas mal contadas, Juan Soldado volvió a divisar,
camino adelante, a Jesucristo y a San Pedro; y, aunque juraría que eran los
mismos, no podía dar crédito a lo que veían sus ojos, porque sabía con
certeza que los había dejado más atrás. Cuando hubo llegado a su altura, San
Pedro se acercó a él y le pidió una limosna.
-Quiéreme parecer –dijo Juan Soldado- que ya les he dado “denantes” a
ustedes, pues conozco esas barbas, pero como eso no puede ser, no voy a escatimar a
otros lo que antes compartí con unos, siendo unos y otros tan iguales.
Y, diciendo estas palabras, sacó la navaja, hizo tres tercios del
tercio de pan que le quedaba, les dio dos y se quedó con uno. Juan Soldado
caminaba deprisa y, no bien se hubo asegurado de que los dejaba atrás, se
comió su parte, no fuera a ser que se la volviesen a pedir.
Al ponerse el sol, divisó por tercera vez a
Jesucristo y a San Pedro, que estaban sentados sobre unas piedras del camino.
Esta vez no tenía duda de que eran ellos. Pero Juan Soldado era un hombre sensato y,
como tampoco tenía duda de que los había dejado atrás, pensó que quizá el
cansancio y el hambre, le hacían ver visiones.
-Al fin y al cabo –pensó-, solamente he comido la novena parte de un
pan en todo el día.
Mientras Juan Soldado se acercaba, Jesucristo le dijo a San Pedro:
-En cuanto llegue hasta nosotros, te acercas y le pides limosna.
-Maestro, –contestó San Pedro- ¿cómo voy a pedirle limosna por tercera
vez, si ya nos ha dado dos y nos conoce? Todo puede ser que nos tome porembaucadores y
nos sacuda con el garrote de olivo que lleva en la mano.
-¡Ay, Pedro! ¿Cuántas veces he de decirte que el verdadero yo, como las
cebollas, no sale a relucir, sino cuando se ve despojado de
su última capa? ¿De qué te asombras tú, que tuviste que negarme tres veces
para dar conmigo y contigo? Ve, pues, y haz lo que te digo.
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San Pedro se acercó a Juan Soldado y le dijo:
-¡Ay, hermano! Mi compañero y yo morimos de inanición,
estamos ateridos
de frío y no tenemos un real con que comprar un poco de calor y de esperanza.
Solamente nos queda apelar a
tu compasión para no terminar aquí nuestra andadura.
-Juraría yo que ya nos hemos visto un par de veces,- dijo Juan Soldado-
mas no han de pagar justos por pecadores a causa de mis desvaríos.
Después de haber entregado veinticuatro años de mi vida al rey no me quedan
más que seis reales. ¡Mas no he de quedar por cuatro en deuda con la
misericordia de Dios!, que Juan Soldado ni debe ni teme.
Y, diciendo estas palabras, sacó de su faltriquera seis
reales, les dio cuatro y se quedó con dos.
-¿Dónde voy yo ahora con dos reales?, -dijo para sí Juan Soldado
echando a andar- no me queda otra que tener la suerte de encontrar algún predio donde
hayan menester de
mis servicios y echar en ello el alma para procurarme algo de comer.
-Maestro, –dijo San Pedro a Jesucristo- ¿qué merece este desgraciado
que por tres veces ha compartido con nosotros lo poco que tenía?
-Corre a su encuentro y dile que pida lo que quiera, Pedro –dijo
Jesucristo- que, por la generosidad divina le será concedido.
Hízolo así San Pedro, pero antes de que Juan Soldado le respondiera, le
aconsejó:
-¡Pide la Gloria!, la Gloria celestial.
Juan Soldado, después de pensarlo detenidamente, le respondió:
-Y ¿para qué habría yo de menester la Gloria? Después de veinticuatro
años de servir al rey no tengo más que un morral vacío.
No es la Gloria lo que se me debe, sino la renta que bien me he ganado.
Conque se me ocurre pedir que todo lo que yo diga que venga a mi morral, que
venga a mi morral.
-Que así sea –dijo San Pedro
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Juan Soldado era un hombre escéptico,
pero como se le hacía la
boca aguanada podía perder con poner a prueba el don que el de las
barbas dijo que se le había concedido. Así que, ni corto ni perezoso,
dijo:
¡Venga esa chacina a
mi morral!
Y, digno de ver para quienes pudieron verlo: morcillas, chorizos y
longanizas empezaron a descolgarse de sus ganchos y, arrastrándose como
culebras, se iban derechas al morral de Juan Soldado. En esto que el montañés
dueño de la carnicería y su hijo corrían incrédulos detrás de las chacinas,
dando traspiés y tratando de atajar chorizos,
morcillas y longanizas, que se escurrían entre sus dedos como anguilas. Y más
incrédulos aún, volvieron tras sus pasos cuando vieron que, a mitad del
recorrido, de cada ristra salía otra igual que seguía derecha al morral de
Juan Soldado, mientras la primera desandaba el camino hasta colgarse del
gancho de donde había pendido antes.
Juan Soldado suspiró de alivio al comprobar que el don que había
recibido no era en perjuicio de nadie, porque él era un hombre cabal,
que ni debe ni teme.
Siguió más adelante, buscando un lugar para sentarse a comer, cuando
avistó una panadería, llena de hogazas de
pan más blancas que flor de harina y, ni corto ni perezoso, dijo:
-¡Venga ese pan a mi morral!
Y, digno de ver para quienes lo vieron: salían las hogazas de sus
estantes a la calle y la pobre panadera, dando traspiés, iba tras ellas sin
poderlas atajar, porque rodaban desatinadas como piedras cuesta abajo. Pero,
a mitad del recorrido, de cada hogaza salía otra igual que seguía derecha al
morral de Juan Soldado mientras la primera desandaba el camino hasta
colocarse en la estantería de donde había salido.
Satisfecho Juan Soldado por esta segunda comprobación, se sentó a dar
de comer al hambre que lo acompañaba con tanto gusto que, cuando acabó, se le hacía
cuesta arriba llevar el morral, a pesar de que lo dejó casi
vacío.
Sintió entonces gran necesidad de descansar. Como era licenciado del
ejército, tenía derecho de alojamiento, así que se encaminó al Ayuntamiento.
-Soy un pobre soldado, señor alcalde, que después de veinticuatro años
de servir al rey, me hallé con un pan de canto y seis reales, de los que no
me quedan más que dos, porque lo demás lo dejé por el camino.
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-Cerca del pueblo hay una hacienda –dijo
el alcalde- a la que nadie quiere ir, porque hace poco ha muerto en ella un
condenado y dicen que su espectro anda
rondando por allí. De modo que si tú no temes al asombro, puedes quedarte
allí el tiempo que quieras.
-Pues no se hable más, señor alcalde, que Juan Soldado ni debe ni teme.
Entró Juan Soldado en la hacienda y cuál fue su sorpresa al hallarla
tan limpia y provista como si realmente estuvieran viviendo en ella: la
bodega disponía en abundancia de buenos vinos; la despensa estaba cargada de
toda clase de viandas
y hasta la leña estaba dispuesta para el fuego. No había duda de que aquella
había sido la casa de un hombre rico.
Como no las tenía todas consigo, lo primero que hizo fue llenar un buen
jarro de vino, que el vino dicen que engalla a
los más apocados; y a continuación encendió la chimenea y se sentó junto a
ella para prepararse unas migas con tocino. Apenas se había sentado cuando
oyó una voz que bajaba por la chimenea:
-¡Que me eeeecho!
Quedó un rato parado, como quien no quiere la
cosa, pero al instante:
-¡Que me eeeecho!
-Pues, ¡échate con mil puñetas!, -respondió Juan Soldado, envalentonado
por el vino y dando un golpe con el jarro sobre la mesa- que Juan Soldado ni
debe ni teme.
No bien hubo dicho estas palabras, cuando cayó a la mismita vera suya
la pierna de un hombre. Juan Soldado sintió un espeluzno que
se le pusieron de punta todos los pelos del cuerpo.
-¿Quieres que te entierre? –le preguntó cuando se repuso del susto-
La pierna dijo que no moviendo el pie.
-Pues, ¿para a qué has venido entonces?, ¡púdrete ahí!
Al momento, se volvió a escuchar la misma voz:
-¡Que me eeeecho!
-Pues ¡échate con mil puñetas!, que Juan Soldado ni debe ni teme.
Cayó entonces la pierna compañera de la otra y así fueron cayendo uno
tras otro los cuatro cuartos de un hombre.
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Por último cayó la cabeza, y Juan Soldado, a pesar de que estaba curado
de espanto y algo pintón a causa del vino, no tuvo más remedio que dar un repullo
cuando vio que la cabeza se apegó a los cuartos y se puso en pie de una
pieza: como que era el mismísimo dueño de la hacienda, el condenado en cuerpo
y alma.
-¡Juan Soldadooo! –dijo una voz cavernosa que ponía la
carne de gallina- Veo que no tienes miedo de mí y necesito un mortal
como tú para lo que tengo que hacer....
-Sí, señor asombro, -respondió Juan Soldado- en mi vida no ha habido
miedo que me frene, ni trabajo que me harte y, a pesar de eso, ha de saber su
merced que en veinticuatro años que he servido al rey no he venido a sacar
más que un pan de canto y seis reales, de los que ya solo me quedan dos.
-No te tortures por eso, que si haces lo que te voy a decir, además de
salvar mi alma, serás un hombre rico el resto de tu vida.
-Sí, señor asombro, estoy dispuesto a hacer lo que sea, incluso a lañarle a
su merced los cuatro cuartos para que no se le vuelvan a desperdigar.
-Pues sígueme –dijo el espectro
Y, diciendo estas palabras, alargó un brazo como una garrocha y
apagó la luz del candil. Verdaderamente no se necesitaba luz alguna, porque
sus ojos alumbraban como dos tizones encendidos.
Cuando llegaron a la bodega, el espectro se acercó a una de las grandes
tinajas donde fermentaba el vino y, destapándola, alargó su brazo de garrocha
y fue sacando una a una tres tinajas más pequeñas. Mandó acercarse a Juan
Soldado y le dijo:
-Esta tinaja está llena de cuartos, que repartirás a los pobres; esta
otra está llena de plata, que emplearás en sufragios por
mi alma; y esta última está llena de oro y será para ti, cuando hayas hecho
lo que te he encomendado.
-Pierda cuidado, señor asombro, que veinticuatro años me he tirado
cumpliendo con puntualidad lo mandado, sin sacar más premio que un pan de
canto y seis reales; con que vea su merced si lo haré ahora que tan buena
recompensa me espera.
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Así se hizo para disgusto de Lucifer, que andaba endemoniado, porque se
quedó sin el alma del condenado, debido a lo mucho que por ella rezaron los
pobres y la Iglesia. De modo que Satanás mandó llamar a su ojito derecho, un
diablillo joven, llamado Satanasillo, y le dijo:
-Baja a la Tierra y tráete a ese Juan Soldado, que aquí le vamos a
enseñar a hacer palmas con las orejas sin tocarse los cuernos. Anda, que
cuando vuelvas te voy a regalar una inmensidad de telas, dimes y dijes para
que te diviertas tentando y seduciendo a las hijas de Eva y otro tanto de
barajas y pellejos de vino para que puedas pervertir y perder a los hijos de
Adán.
Estaba Juan Soldado harto y feliz en su bien ganada hacienda,
disfrutando de un jarro de vino y un buen torrezno con
pan, al calor de la lumbre, cuando volvió a escuchar una voz que bajaba por
la chimenea:
-¡Que me eeeecho!
-Espérate, hombre, siquiera que apure este torrezno y este jarro de
vino -dijo Juan Soldado-, pero no le dio tiempo a echar otro trago cuando…
-¡Que me eeeecho!
-Pues, ¡échate con mil puñetas!, -respondió Juan Soldado, dando un
golpe con el jarro sobre la mesa- que Juan Soldado ni debe ni teme.
Apareció Satanasillo, más feo que Picio, junto a la lumbre y Juan
Soldado le preguntó:
-Dime, ¿a qué vienes, alma de Caín?
-A llevarme a su merced al Infierno. –Respondió el diablillo
-Pues mira por dónde no voy a ser yo quien te lleve la contraria, que
Juan Soldado ni debe ni teme. Pero antes súbete a esa higuera que tiene unas
brevas como puños y coge todas las que puedas, mientras yo voy por mi morral,
porque se me antoja que el camino que vamos a andar es largo.
Estaba Satanasillo cogiendo brevas cuando llegó Juan Soldado con su
morral y, ni corto ni perezoso, dijo:
-¡Venga el diablo a mi morral!
El diablo chico, pegando cada berrido que
encogía el alma y resistiéndose con saltos, cabriolas y retortijones,
no tuvo más remedio que entrar en el morral. Cuando estuvo dentro, Juan
Soldado cogió su garrote de olivo
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y empezó a sacudir trancazos sobre Satanasillo, hasta que le molió los
huesos y le rompió una pierna. Cuando se le cansaron los brazos de tanto sacudir,
soltó al diablillo y le dijo:
-Ahora vete por donde has venido y no se te ocurra volver si no quieres
que te haga los huesos harina.
Cuando Satanasillo llegó a las puertas del Infierno, Lucifer, el diablo
mayor, montó en cólera y decidió ir él mismo en persona a traerse a Juan
Soldado.
Estaba Juan Soldado disfrutando de su jarro de vino y un buen chorizo
con pan, cuando escuchó la voz de Satanás que bajaba por la chimenea:
-¡Que me eeeecho!
Como ya estaba prevenido y tenía colgado su morral junto a él, esta vez
no tuvo aguante para esperar:
-Pues, ¡échate con mil puñetas! –dijo, alargando la mano para coger el
morral.
Lucifer se plantó delante de él, echando fuego por los ojos y un hedor tan
insoportable por la boca, que a Juan Soldado casi le hizo vomitar.
-¿A qué vienes, alma de serpiente?
-Vengo a llevarte conmigo al Infierno –dijo Lucifer alargando sus
brazos con aquellas uñas negras y espeluznantes..
-Pues que sepas que, después de veinticuatro años sirviendo al rey por
un pan de canto y seis reales, no se me viene en gana una expedición y menos
con gente de tu calaña.
¿Estás en lo que es?, de modo que ¡Venga el diablo a mi morral!
Y, diciendo estas palabras, Satanás empezó a doblarse hacia el morral y
por más que se defendió, se retorció y se hizo un ovillo; por más que bramó, bufó y
aulló, al morral fue de cabeza. Entonces Juan Soldado cogió un yunque de
herrero y empezó a sacudir sobre el morral cada golpe que hacía hoyo; y eso
que Satanás era duro de roer. De esta manera le dejó los huesos molidos y le
rompió una pierna y las costillas. Cuando se le cansaron los brazos de tanto
sacudir, dejó ir al preso y le dijo:
-Ahora vete por donde has venido y no se te ocurra volver por aquí.
Estás prevenido.
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Cuando la corte infernal vio llegar al diablo mayor, arrastrándose,
lisiado, tullido,
y con el rabo entre piernas, les entró a todos el miedo en el cuerpo.
-Después de esto, ¿qué hacemos, señor? -preguntaron a una voz.
-Mandad que vengan cerrajeros para que sellen las puertas, albañiles
para que tapen todas las grietas y ventanas del Infierno, y no dejen sino
ventanucos, a fin de que no se cuele por aquí Juan Soldado —les respondió
Lucifer. Y así lo hicieron.
Cuando Juan Soldado, ya anciano, conoció que le llegaba la hora de la muerte,
mandó que le metieran el morral en el ataúd. Y así se hizo.
Muerto ya Juan Soldado subió a las puertas del Cielo, donde se encontró
con San Pedro, que, nada más verlo y sin darle tiempo a decir palabra, le recriminó:
-¿No te dije que pidieras la Gloria? Has de saber que aquí solo entran
las almas que se han despojado de todo cuanto pudieron tener o desear en
vida, pues nada más les ha de hacer falta. Conque ya puedes ir soltando ese morral,
siquiera sea en el mismísimo Infierno.
Se disponía San Pedro a cerrar las puertas, cuando Juan Soldado, que le
había reconocido al punto, le contestó:
-Ya me pareció cicatero su
merced que, teniendo la Gloria, vino a pedirme un pan y cuatro reales y yo,
que después de entregar mi vida al rey durante veinticuatro años, nada tenía
y menos pedí que no me quisieran dar, ¿ahora resulta que tenía que haberme
quedado con dos reales y un morral vacío para merecer la Gloria? Pues sepa su
merced que Juan Soldado nada hizo, ni tuvo ni deseó que no fuese justo y
cabal y que en este morral no hay otra cosa que su honra, conque si para
entrar aquí hay que despojarse de ella, ¡vaya Juan Soldado con su honra al
Infierno!
Y, diciendo estas palabras, con su morral al hombro, se encaminó
resuelto a las puertas del Infierno. Pero no había llegado a ellas todavía,
cuando los diablos, que estaban alerta, le vieron venir y empezaron a correr
de un lado para otro gritando como locos:
-¡Cerrad puertas y ventanillas, que viene Juan Soldado quebrando patas
y costillas!
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Por más que lo intentó, no hubo hueco, ni puerta, ni ventana por donde
pudiera entrar, de modo que no tuvo más remedio que volver por el mismo
camino que había venido.
Llamó Juan Soldado de nuevo a las puertas del Cielo y, apenas asomó San
Pedro, ni corto ni perezoso, dijo:
-¡Venga San Pedro a mi morral! Que Juan Soldado ni debe ni teme.
Y, diciendo estas palabras, las barbas de San Pedro empezaron a
orientarse hacia el morral y por más que clamó y suplicó la intercesión divina,
no hubo otra que entrar de cabeza.
-¡Insensato! –decía San Pedro desde el fondo del morral- ¿no ves que
has franqueado la
entrada a las fuerzas del mal?
Apenas hubo traspasado la puerta, Juan Soldado liberó al prisionero,
diciéndole:
-Vea su merced, que a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.
A todo esto, Dios, que contemplaba la escena mondándose de risa, se
acercó a ellos diciendo:
-No concedí a Juan Soldado otro don que el de su libre albedrío y
no fue su morral otra cosa que su conciencia. Sufrió la injusticia y la
ingratitud, mas no por eso eligió ser injusto ni ingrato con quienes pudo
serlo; le fue dado el poder de tener lo que deseara, mas eligió asegurarse de
no quitarle a nadie lo que era suyo; tuvo miedo, mas el miedo no le paralizó,
porque eligió enfrentarte con valentía a lo desconocido; pudo haber pedido la
Gloria, mas no pidió sino lo que creía merecer; y, ya en las puertas del
Cielo, eligió irse con su honra al Infierno antes que entrar en la Gloria sin
ella. En verdad te digo, Juan, que traes en tu conciencia la paz de quien se
siente satisfecho de su vida. Y, pues ni debes ni temes, venga tu morral a la
Gloria, que no ha de reinar el mal donde esté el morral de Juan Soldado.
Cuento de tradición oral, recogido por Fernán Caballero y aquí
recreado.
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ACTIVIDADES
DE COMPRENSIÓN LECTORA
A) PREGUNTAS: Copia y contesta en tu cuaderno, las siguientes:
1) ¿De qué se quejaba continuamente Juan Soldado?
2) ¿Qué frase solía repetir cada vez que tomaba una decisión?
3) ¿Por qué motivo decidió Juan Soldado dar limosna la primera vez?
¿y la segunda?
4) ¿Por qué motivo no pidió la Gloria?
5) ¿Qué fue lo que disgustó tanto a Lucifer?
6) ¿Para qué dijo Juan Soldado a Satanasillo que no quería llevarle
la contraria?
7) ¿Por qué San Pedro no dejó entrar en la Gloria a Juan Soldado?
8) ¿Por qué Juan Soldado no quiso soltar su morral?
9) ¿Qué título le pondrías al párrafo que empieza con “Apareció
Satanasillo…” y termina con “.. el camino que vamos a andar es largo”
10) ¿Qué enseñanza se puede sacar de esta historia?
Bibliografia
http://6lazabloglengua.blogspot.com/2011/01/texto-digital-11-juan-soldado-cuento-de.html
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EL AGUA DE LA VIDA
Cuento de los Hermanos Grimm
BOTELLA, ANA. Erase una vez...los mejores cuentos infantiles comentados. Sexta reimpresión. Editorial Martínez Roca. Bogotá. Colombia.
ESTUDIOS DE LECTURA MUSICAL GRADO SEXTO
GRADO NOVENO
GRADO DECIMO
I.E.M.
CIUDADELA EDUCATIVA DE PASTO.
ASIGNATURA:
MÚSICA
DOCENTE: JAIRO ALBERTO
CAMPAÑA
Nuestros himnos.
Los himnos son homenajes musicales que se hacen a
los países, lugares, hechos o personas. Por medio de su letra se narran y se
exaltan acontecimientos de gran importancia histórica. Por eso es importante
identificar los himnos más cantados durante el año escolar y aprenderlos
bien.
Como norma elemental de respeto, tolerancia y
buenos modales, al escuchar un himno es necesario tener en cuenta las
siguientes recomendaciones:
1.
Ponerse de pie en posición casi firme como señal de respeto.
2.
Descubrirse la cabeza si es el caso.
3.
No hablar, silbar, hacer ruidos o ingerir alimentos durante el acto,
si estamos escuchando.
4.
Si estamos cantando, debemos hacerlo normalmente, sin gritar.
HISTORIA DEL HIMNO NACIONAL DE COLOMBIA
LECTURA
El Himno nacional de
la República de Colombia es la composición musical patriótica que representa al
país y que, junto con la bandera y el escudo, tiene la categoría de símbolo
patrio.
La letra del himno está compuesta por un coro y once estrofas y fue escrita por el presidente Rafael Núñez.
La música fue
compuesta por el italiano Oreste Síndici a instancias del actor José Domingo
Torres, durante la presidencia de Rafael Núñez y presentada al público por
primera vez el 11 de noviembre de 1887.
La canción adquirió
gran popularidad y fue rápidamente adoptada, aunque de manera espontánea, como
el himno nacional de Colombia.
José Domingo Torres. De él se sabe
que era un bogotano apasionado por el teatro, la poesía y la música, sobre todo
las serenatas, género en el que no se ha podido precisar si era compositor
cantante, ejecutante del tiple, intérprete de la guitarra o, como dice la
picaresca Caribe, un ruidoso ‘ayhombero’.
En 1887 el director de teatro José Domingo Torres, un modesto empleado público de la Capital; aficionado a sencillas representaciones teatrales, había organizado y dirigía un grupo escénico. Cada año organizaba el arreglo de pesebres, escenificaciones patrióticas, etc. Estas habilidades y el gusto por la poesía, le permitía tener amistades distinguidas en el ámbito social y gubernamental, es así como presumía de su amistad con Rafael Núñez (presidente de Colombia), y de quien era admirador por sus obras poéticas y periodísticas. |
de la Independencia absoluta de Cartagena, se le ocurrió a don José Domingo Torres la
idea de sorprender y al mismo tiempo
halagar a Núñez y a su esposa doña Soledad que eran unos ilustres
cartageneros, con el canto de un himno patriótico que él guardaba en un
voluminoso álbum de recortes, escrito por Rafael Núñez. Buscó al maestro italiano Oreste Síndici para pedirle la
composición de este poema denominado Himno Patriótico.
En el año de 1846 vino
a Bogotá como primer tenor de una compañía de ópera un corista italiano de 28
años, nacido en Roma, llamado Oreste Síndici quien contrajo matrimonio en la
capital con la dama de ascendencia francesa Justina Jannaut. Se retiró de la
actividad teatral y se dedicó a la organización de una orquesta, a la
composición de música religiosa, en lo que logró notable éxito, y a dictar
clases de teoría, solfeo y canto.
Este himno Patriótico,
fue compuesto para declamarlo públicamente en las fiestas de conmemoración de la independencia de
Cartagena el 11 de noviembre de 1850 y publicado en el periódico La
Democracia, cuando Núñez apenas era secretario de Gobierno de la Provincia de
Cartagena. Posterior en 1880, José Domingo Torres solicita a los maestros
Delgado y Fortich que musicalicen este poema, el cual fue interpretado en la
Plaza de Bolívar el 20 de julio de 1880, no logró obtener acogida entre el
público presente. En 1883 Núñez adapta,
mejora y publica el nuevo poema.
Inicialmente Síndici se negó a componer la canción, a pesar de la insistencia de Torres, pero finalmente logró convencerse, por la exigencia de su esposa Justina Jannaut. Síndici le exigió a José Domingo Torres que buscara al autor del poema con el fin de que hiciera algunos ajustes a los versos, de acuerdo a la disposición necesaria para una melodía y que les diera una connotación nacional. Para la composición del himno, Oreste Síndici se retiró a su Hacienda "El Prado" en Nilo (Cundinamarca), llevando un armonio marca Dolt Graziano Tubi. La partitura original en tonalidad de Mi bemol mayor y compás de cuatro tiempos (tempo di marcia) reposa actualmente en una sala del Museo Nacional de Colombia.
El 24 de julio 1887
después de la misa dominical, se llevó a cabo el pre-estreno de la melodía bajo
un árbol de tamarindo en el parque principal del municipio cundinamarqués con
niños de la escuela.
El 11 de noviembre de 1887, el himno nacional se estrenó por primera vez aprovechando la celebración de la Independencia de Cartagena. El coro estaba integrado por niños de tres escuelas primarias; alumnos de Oreste Síndici.
Esta primera interpretación
del himno se realizó en el "Teatro de Variedades" de la escuela
pública de Santa Clara, del barrio “la
Catedral de Bogotá”. Su estreno aquella noche fue acogido por el público con ruidoso
entusiasmo que conmovió a Síndici, el coro y la orquesta.
El presidente Rafael
Núñez se enteró luego del impacto que tuvo esta melodía en el público, y no
hubo más que invitar a Oreste Síndici para que la presente en forma oficial.
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De esta manera, se
comisionó al ministro de gobierno Felipe Fermín Paul para organizar una
presentación del himno el día 6 de diciembre del mismo año a las 9 p.m. en el
salón de grados del Palacio de San Carlos. Para este acto, Síndici preparó su ejecución con
orquesta y un coro de 25 voces, y se
presentó ante la presencia de las principales autoridades civiles,
eclesiásticas y militares del país, de suerte que el nuevo acto tuvo el
más envidiable éxito, con calurosos aplausos para sus autores. En
la invitación al evento, la canción ya se anunciaba como el "Himno
Nacional”.
Ese mismo año se imprimió la primera edición para
canto y piano en la Imprenta de la Luz,
encomendada por Oreste Síndici. Su portada decía:
"HIMNO
NACIONAL de la República de Colombia. Letra del Excelentísimo Señor Doctor
Rafael Núñez, Música de Oreste Síndici".
El Himno cobró gran popularidad jamás soñada por
sus autores y mucho menos por el modesto promotor cultural José Domingo Torres.
Jamás pensaron ellos que con el correr de pocos años, música y letra tendrían
tan alta y definitiva consagración.
El Himno Nacional fue grabado por primera vez en la
ciudad de Nueva York en 1910, gracias a Emilio Murillo, el cual se convirtió luego
en uno de los pocos clásicos de música colombiana grabados en disco.
A comienzos del siglo XX, algún viajero europeo
indicaba la sorpresa que le causó oír la grabación del Himno Nacional en un
barco vapor que viajaba por el río Magdalena.
En 1914 se hizo otra grabación, ya en el país, y
entonces era frecuente oírlo en cualquier tipo de evento u ocasión. Pero sólo
en 1920, por la ley 33 de octubre 18, se le dio el carácter oficial de Himno Nacional.
Su texto no es buena poesía, aunque no peor que el
de las propuestas anteriores. Y a pesar de la pericia de Síndici en el manejo
del lenguaje musical europeo y del estilo de la ópera italiana, no tuvo un
acomodo totalmente satisfactorio a su música y en muchos casos el resultado no
se ajusta a la prosodia castellana. Su versión original es para canto y
acompañamiento, y la que hoy conocemos fue orquestada con buenos resultados por
el también director de banda y compositor José Rozo Contreras en 1933.
El músico José Rozo
Contreras revisó las partituras y preparó las transcripciones para la banda
sinfónica, la cual fue adoptada como versión oficial mediante el decreto 1963
del 4 de julio de 1946.
Hoy en día se oye mucho en la radio, televisión, en
actos oficiales, no oficiales y en los partidos de fútbol.
En nuestra mejor tradición legalista, el decreto
1963 de 1946, adoptó el arreglo de José Rozo Contreras que fijó la forma de
cantarlo, en cuanto a su arreglo y tonalidad.
Durante el gobierno del presidente Belisario
Betancur se autorizó a los sanandresanos cantar una versión del himno en inglés
y a los indígenas, en sus propios idiomas.
|
El himno ha sido
objeto de proyectos de reformas, extensamente representado en otras artes y se
ha interpretado en diversas versiones.
Los himnos nacionales tienen en común, ser melodías
reconocibles, cantables, y que musicalizan textos que traen un mensaje que hace
que sirvan como emblemas patrios.
Adaptado de:
qid=20120724185754AAepuYa
MUÑOZ GOMEZ, Fernando. “Educación Estética. MUSICA No 1”. Editorial Didáctica. Bogotá.
Colombia 1975.
LA BANDERA
EL ESCUDO
|
CUESTIONARIO
1.
Teniendo en cuenta la anterior historia:
2.
Teniendo en cuenta la lectura anterior, reflexionamos que:
·
¿El Himno Nacional de Colombia fue creado con un espíritu patriótico
por Núñez y Síndici, o por José Domingo Torres?
·
¿Don José, quería alagar a su amigo Rafael Núñez estrenando un canto
patriótico en su honor?
·
¿Oreste Síndici encantado aceptó la propuesta de componer música a un
escrito poético de Rafael Núñez?
·
¿Don José, estaba seguro que este canto patriótico sería acogido como
himno de los colombianos?
3.
El poema denominado HIMNO PATRIOTICO, fue cantado por primera vez el
11 de noviembre de 1887 en el Teatro Variedades de Bogotá.
Nuestro Himno Nacional
desde su estreno fue acogido como una canción representativa del sentir
popular, más tarde por Ley 33 de 1920 el Congreso lo consagró como oficial de
la República.
4.
Explique: ¿en qué año se consagro a este himno como oficial de la
república de Colombia y de quien es arreglo oficial por el cual se debe
entonar nuestro himno?
5.
¿Para qué sirven los Himnos Nacionales?
HIMNO NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA
Coro:
¡Oh gloria inmarcesible!
¡Oh Júbilo inmortal!
¡En surcos de dolores
El bien germina ya!
Cesó la horrible noche la libertad sublime
derrama las auroras de su invencible luz.
La humanidad entera, que entre cadenas gime,
comprende las palabras del que murió en la cruz.
II
Independencia grita el mundo americano;
se baña en sangre de héroes la tierra de Colón.
Pero este gran principio: el Rey no es soberano,
resuena, y los que sufren bendicen su pasión.
III
Del Orinoco el cauce se colma de despojos; de sangre y llanto un río se mira allí correr. En Bárbula no saben las almas ni los ojos, si admiración o espanto sentir o padecer. |
IV A orillas del caribe hambriento un pueblo lucha, Horrores prefiriendo a pérfida salud. Oh, sí de Cartagena la abnegación es mucha, y escombros de la muerte desprecia su virtud. V De Boyacá en los campos el genio de la gloria con cada espiga un héroe invicto coronó. Soldados sin coraza ganaron la victoria; su varonil aliento de escudo les sirvió. VI Bolívar cruza el Ande que riega dos océanos; espadas cual centellas fulguran en Junín. Centauros indomables descienden a los llanos, y empieza a presentirse de la epopeya el fin. VII La trompa victoriosa en Ayacucho truena; y en cada triunfo crece su formidable son. En su expansivo empuje la libertad se estrena, del cielo americano formando un pabellón. VIII La virgen sus cabellos arranca en agonía y de su amor viuda los cuelga del ciprés. Lamenta su esperanza que cubre loza fría, pero glorioso orgullo circunda su alba tez. IX La patria así se forma termópilas brotando; constelación de cíclopes su noche iluminó. La flor estremecida, mortal el viento hallando, debajo los laureles seguridad buscó. X Mas no es completa gloria vencer en la batalla, que el brazo que combate lo anima la verdad. La independencia sola al gran clamor no acalla; si el sol alumbra a todos, justicia es libertad. XI Del hombre los derechos Nariño predicando, el alma de la lucha profético enseñó. Ricaurte en San Mateo en átomos volando, deber antes que vida con llamas escribió. |
Referencia Bibliográfica
MUÑOZ GÓMEZ, Fernando. 1986. Música 1. Editorial estudio. Bogotá.
I.E.M. CIUDADELA EDUCATIVA DE PASTO
Asignatura de música.
SISTEMA RESPIRATORIO
La respiración es un proceso involuntario y automático, en que se extrae el oxigeno del aire inspirado y se expulsan los gases de desecho con el aire espirado.
El aire se inhala por la nariz, donde se calienta y humedece. Luego, pasa a la faringe, sigue por la laringe y penetra en la tráquea.
A la mitad de la altura del pecho, la tráquea se divide en dos bronquios que se dividen de nuevo, una y otra vez, en bronquios secundarios, terciarios y, finalmente, en unos 250.000 bronquiolos.
Al final de los bronquiolos se agrupan en racimos de alvéolos, pequeños sacos de aire, donde se realiza el intercambio de gases con la sangre.
Los pulmones contienen aproximadamente 300 millones de alvéolos, que desplegados ocuparían una superficie de 70 metros cuadrados, unas 40 veces la extensión de la piel.
La respiración cumple con dos fases sucesivas, efectuadas gracias a la acción muscular del diafragma y de los músculos intercostales, controlados todos por el centro respiratorio del bulbo raquídeo. En la inspiración, el diafragma se contrae y los músculos intercostales se elevan y ensanchan las costillas. La caja torácica gana volumen y penetra aire del exterior para llenar este espacio.
Durante la espiración, el diafragma se relaja y las costillas descienden y se desplazan hacia el interior. La caja torácica disminuye su capacidad y los pulmones dejan escapar el aire hacia el exterior.
Proporciona el oxigeno que el cuerpo necesita y elimina el Dióxido de Carbono o gas carbónico que se produce en todas las células.
Consta de dos partes:
Vías respiratorias Pulmones
Las Vías Respiratorias
Están formadas por la boca y las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los bronquiolos.
La Laringe es el órgano donde se produce la voz, contiene las cuerdas vocales y una especie de tapón llamado epiglotis para que los alimentos no pasen por las vías respiratorias.
La tráquea es un tubo formado por unos veinte anillos cartilaginosos que la mantienen siempre abierta, se divide en dos ramas: los Bronquios.
Los Bronquios y los Bronquiolos son las diversas ramificaciones del interior del pulmón, terminan en unos sacos llamadas alvéolos pulmonares que tienen a su vez unas bolsas más pequeñas o vesículas pulmonares, están rodeadas de una multitud de capilares por donde pasa la sangre y se purifica y se realiza el intercambio gaseoso.
Los pulmones son dos masas esponjosas de color rojizo, situadas en el tórax a ambos lados del corazón, el derecho tiene tres partes o lóbulos; el izquierdo tiene dos partes.
La Pleura Es una membrana de doble pared que rodea a los pulmones.
Respiración Consiste en tomar oxigeno del aire y desprender el dióxido de carbono que se produce en las células.
Tienen tres fases:
1. Intercambio en los Pulmones.
2. El transporte de gases.
3. La respiración en las células y tejidos.
El Intercambio En Los Pulmones
El aire entra en los pulmones y sale de ellos mediante los movimientos respiratorios que son dos:
En la Inspiración el aire penetra en los pulmones porque estos se hinchan al aumentar el volumen de la caja torácica. Lo cual es debido a que el diafragma desciende y las costillas se levantan.
En la espiración el aire es arrojado al exterior ya que los pulmones se comprimen al disminuir de tamaño la caja torácica, pues el diafragma y las costillas vuelven a su posición normal.
Respiramos unas 17 veces por minuto y cada vez introducimos en la respiración normal ½ litro de aire. El número de inspiraciones depende del ejercicio, de la edad
etc. la capacidad pulmonar de una persona es de cinco litros. A la cantidad de aire que se pueda renovar en una inspiración forzada se llama capacidad vital; suele ser de 3,5 litros.
Cuando el aire llega a los alvéolos, parte del oxigeno que lleva atraviesa las finísimas paredes y pasa a los glóbulos rojos de la sangre. Y el dióxido de carbono que traía la sangre pasa al aire, así la sangre venenosa se convierte en sangre arterial esta operación se denomina hematosis.
Transporte De Los Gases
El oxigeno tomado en los alvéolos pulmonares es llevado por los glóbulos rojos de la sangre hasta el corazón y después distribuido por las arterias a todas las células del cuerpo.
El dióxido de carbono es recogido en parte por los glóbulos rojos y parte por el plasma y transportado por las venas cavas hasta el corazón y de allí es llevado a los pulmones para ser arrojado al exterior.
La Respiración De Las Células
Toman el oxigeno que les lleva la sangre y/o utilizan para quemar los alimentos que han absorbido, allí producen la energía que el cuerpo necesita y en especial el calor que mantiene la temperatura del cuerpo humano a unos 37 grados.
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©1997 - 2000 Docencia Nacional Cruz Roja Colombiana
Wilmar Echeverry López.
I.E.M. CIUDADELA EDUCATIVA DE PASTO
Asignatura de música.
LA RESPIRACIÓN
El primer aspecto de la voz es la respiración, puesto que para hablar y cantar es imprescindible saber controlarla y su estudio es imprescindible como base de toda técnica vocal. Si bien “el acto de respirar no constituye en sí mismo un problema si se goza de buena salud”, no todo el mundo sabe emplear correctamente u al máximo de sus posibilidades el mecanismo de la respiración.
El aparato respiratorio cumple la función de almacenar y hacer circular el aire. Esta formado por la nariz, la boca, la tráquea, los pulmones y el diafragma. El aire se inspira por la nariz o por la boca, pasa por la tráquea y pasa a los pulmones, masas esponjosas u extensibles, contenidas en la caja torácica. En la inspiración, al hincharse los pulmones de dilata la caja torácica, las costillas se separan y el diafragma desciende para dejar sitio a los pulmones.
El mecanismo de la respiración consta de dos tiempos.
• Inspiración: los pulmones se llenan de aire tomado por la nariz.
• Espiración: el aire es expulsado al tiempo que las cuerdas vocales tienden a acercarse entre sí lo suficiente par vibrar cuando pasa el aire. Este aire, transformado en sonido, adquiere en los resonadores toda su amplitud antes de ser expulsado.
Distinguiremos tres tipos de principales de respiración:
• Superior: se utiliza solo la parte superior de los pulmones, el esternón y las costillas. Al ser estructuras de escasa flexibilidad, no es muy adecuada, no facilita la emisión e incluso puede generar problemas pulmonares y cardiacos.
Para comprobarla, inspiraremos por la nariz y llevamos el aire a la parte del pecho sin subir los hombros. Lo expulsamos lentamente entonando un sonido medio (mi, sol, de las teclas centrales del piano).
• Abdominal y diafragmática: inspiramos por la nariz y llenamos la parte inferior de los pulmones y los músculos del diafragma. Expulsamos el aire lentamente entonando un sonido de altura media.
Se trabaja en este tipo de respiración la movilidad u la flexibilidad de la musculatura con ejercicio de jadeos, aspirando u soplando cada vez más rápidamente como un perro cansado o un tren que acelera, una carrera para coger un autobús, etc.
• Completa: combinación de las anteriores y la más adecuada para el canto.
Inspiramos por la nariz u llevamos el aire hasta la parte baja de los pulmones, con sensación de empujar hacia el vientre llenando después el vientre de aire, a continuación, expulsamos el aire lentamente entonando a la vez un sonido grave (do central, por ejemplo).
Relacionamos a continuación otros ejercicios para trabajar la respiración en el aula y ayudar a tomar conciencia de los órganos que intervienen en la respiración, sus tiempos y tipos. Es necesario siempre adoptar una posición relajada y cómoda, las piernas ligeramente abiertas a la altura de los hombros y el peso repartido sobre las dos piernas; los brazos relajados, nunca cruzados. La posición puede ser sentados, tumbados o de pie, pero siempre con el cuerpo erguido y los brazos relajados y colgantes.
EJERCICIOS
• Inspiramos por la nariz con suavidad y lentamente, al tiempo que nos concentramos en el recorrido que hace el aire: entrando por la nariz, pasando por la faringe, tráquea y pulmones hasta llegar al diafragma. Espiramos después en la misma forma que la inspiración.
• Colocamos los brazos cruzados, tocando los hombros con la manos para ver si al tomas el aire subimos el pecho e intentamos llevar el aire solo al abdomen (como si este fuese un flotador).
• En parejas, para comprobar que el compañero lleva el aire al abdomen, colocaremos las manos sobre las costillas flotantes, haciendo cierta fuerza mientras el otro suelta el aire (en un sonido similar a <
• De pie, con las manos colocadas en la parte baja de la espalda para notar como entra el aire, inspiramos durante cinco segundos, lo retenemos durante otros cinco, expulsando lo más lentamente que podamos.
• De pie, relajados y con los ojos cerrados, inspiramos y expiramos, concentrándonos en el recorrido del aire por todo nuestro cuerpo. El recorrido del aire lo seguiremos con el movimiento de los brazos.
• De pie, con las piernas separadas, realizamos ejercicios de respiración de la siguiente forma: inspiramos abriendo los brazos hasta la altura de los hombros y aguantamos el aire. Seguimos inspirando, hasta que los brazos llegan arriba; entonces, estiramos primero un brazo, como si fuéramos a tocar el techo, y después el otro. Luego, bajamos los brazos lentamente, expulsando el aire.
• Para endurecer los músculos del abdomen y hacer un buen ejercicio de respiración, realizamos golpes de <
• En parejas, uno respira y el otro presiona la ultima costilla. Se trata de fortalecer el diafragma mediante esa presión adicional. Se toma aire, se aguanta y se expulsa en forma de <
Bibliografía
PASCUAL MEJIA, Pilar. Prentice Hall. Didáctica de la Música.
PASTO, 16 DE FEBRERO 2011.
I.E.M. CIUDADELA EDUCATIVA DE PASTO.
ASIGNATURA: MUSICA
DOCENTE: JAIRO ALBERTO CAMPAÑA
LOS SIGNOS MUSICALES.
La música se ESCRIBE y LEE mediante determinados signos.
Así como necesitamos conocer las letras, que forman las palabras, para escribir y leer un párrafo cualquiera, de la misma manera, necesitamos conocer los signos que se emplean para ESCRIBIR y LEER la música.
Los signos que se emplean en la música se llaman SIGNOS MUSICALES.
M, S, Libros, etc. Son signos para la escritura.
Signos musicales:
Los signos musicales son todos aquellos que sirven para representar los SIGNOS MUSICALES.
PRINCIPALES SIGNOS MUSICALES.
Son muchos los signos musicales que se emplean:
- El pentagrama
- Las notas
- Las figuras de duración
- Los silencios
- Las claves o llaves.
EL PENTAGRAMA
En el sistema de notación musical utilizado comúnmente en los países occidentales, el pentagrama (del griego: penta: cinco, grama: línea o escribir) es el lugar donde se escriben las notas y todos los demás signos musicales. Tiene cinco líneas y cuatro espacios, que se enumeran de abajo hacia arriba. Las líneas son horizontales, rectas y equidistantes.
El pentagrama es un elemento indispensable en la música; en el se escriben todos los signos que usamos para representar los sonidos musicales.
LAS NOTAS
Son los signos musicales que representan los sonidos que escribimos en el pentagrama.
Los sonidos musicales están representados por las NOTAS. La altura sonora se representa situando estos signos en las diferentes líneas y espacios del pentagrama.
Tenemos siete notas musicales, que ordenados de grave a agudo forman la escala musical. Las notas son DO, RE, MI, FA, SOL, LA y SI, aunque dentro del pentagrama las encontramos de forma ascendente y descendente, asi:
DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI - SI, LA, SOL, FA, MI, RE, DO.
Para situar las notas, que por su altura no se pueden representar dentro del pentagrama, se utilizan unas pequeñas líneas que amplían momentáneamente la extensión de la pauta musical. Estos signos se llaman LÍNEAS ADICIONALES.
LA CLAVE.
La clave es un símbolo usado en notación musical, cuya función es asociar las notas musicales con las líneas o espacios del pentagrama. Una clave asocia una nota en concreto con una línea del pentagrama, de manera que a las notas siguientes les corresponderán los espacios y líneas adyacentes.
Existen tres símbolos distintos para representar a las distintas claves, la clave de sol, la clave de fa y la clave de do, que llevan el nombre de la nota que designan a una línea de los pentagramas. Es obligatoria su colocación al principio de cada pauta, pero puede cambiarse durante el transcurso de la obra en cualquier momento, si se requiere.
LA CLAVE DE SOL.
El símbolo usado para representar esta clave se basa en un espiral parecido a una G, unida a una especie de S. La clave de sol en la notación musical moderna se coloca en la segunda línea del pentagrama empezando por la de abajo, y esa colocación se guía por el inicio de la espiral que la forma.
LA CLAVE DE FA.
La clave de fa se ha representado con dos símbolos distintos, aunque uno de ellos en la actualidad está en desuso. Ambos símbolos provenían de una versión estilizada de la letra F, que en la notación musical anglosajona simboliza a la nota fa. Esta clave sitúa a la nota fa3 sobre el pentagrama, y tiene dos posiciones distintas sobre el mismo, o bien sobre la tercera línea, o bien sobre la cuarta línea. Su situación sobre una o sobre otra línea lo marcan dos pequeños puntos, uno encima del otro, que se colocan a la derecha de la clave y delimitando la línea a la que se refiere.
CLAVE DE DO.
El símbolo que representa a la clave de do, está formada por dos C al revés, una encima de la otra. Esto es porque en la notación anglosajona, la C representa a la nota do, y además se encarga de asignar a las líneas del pentagrama la nota do4, también denominado Do central. Esta clave tiene cuatro posiciones posibles, en la primera línea, en la segunda, en la tercera o en la cuarta, aunque las más utilizadas son las que se sitúan sobre la tercera o cuarta línea. Como generalidad, se usa para representar sonidos medios.
PASTO, 21 DE FEBRERO 2011.
I.E.M. CIUDADELA EDUCATIVA DE PASTO.
AREA: MUSICA
DOCENTE: JAIRO ALBERTO CAMPAÑA
OBJETIVO.
- Potenciar el hemisferio derecho desde la fantasía. (Memoria Visual y Cinestésica (olor, sensación, etc.)).
- Lograr fortalecer la capacidad cognoscitiva del estudiante, desde la creación de historias propias con base en conocimientos previos.
ESTRATEGIA DIDACTICA:
Aprovechando la grandiosa imaginación del niño, se recreará la existencia del ser humano hace 50.000 años a.c. Se provocará en él un apetito de investigación y resolución de dudas desde el pensamiento, creación de sus propias hipótesis argumentadas desde lo que conoce e imagina, mirar imágenes y vivir momentos prehistóricos; las primeras herramientas que descubrió el hombre, la confección de su primer vestido, su alimentación, que estrategias usó para la caza, sobrevivir en un mundo tan hostil y amenazante.
El estudiante dibuja una escena vista en su imaginación, con lujo de detalles.
Después de lograr tal atención en el sujeto, se cuenta el origen de la música desde la fantasía, su desarrollo histórico e importante en el progreso y formación del ser humano hasta nuestros días.
El estudiante valorará las diferentes hipótesis presentadas por importantes personajes preocupados en explicar el origen de la música, y luego, él propondrá su propia hipótesis, será tan válida como las demás.
ORIGEN DE LA MUSICA
1- Desde que hay hombres sobre la tierra, existen manifestaciones musicales, pues estas son consecuencia de la necesidad del hombre de comunicarse o de expresar sentimientos. Incluso antes de que el hombre fabricase instrumentos musicales ya hacía música cantando, aplaudiendo o golpeando objetos. La antropología ha demostrado la íntima relación entre la especie humana y la música, y mientras que algunas interpretaciones tradicionales vinculaban su surgimiento a actividades intelectuales vinculadas al concepto de lo sobrenatural (haciéndola cumplir una función de finalidad supersticiosa, mágica o religiosa), actualmente se la relaciona con los rituales de apareamiento y con el trabajo colectivo. Esas primeras canciones se harían a base de muchas repeticiones o eran de un ámbito melódico muy limitado, muy cercanas al lenguaje hablado. Se conservan huellas de un cierto lenguaje musical en unos jeroglíficos que indican el ascenso o descenso del sonido mediante el movimiento de la mano.
Danza en las Cuevas de El Cogul (Lérida). En esta pintura rupestre varias mujeres danzan alrededor de un hombre desnudo. Los ritos asociados con danzas y ritmos repetitivos eran habituales en casi todas las culturas prehistóricas.
Para el hombre primitivo había dos señales que evidenciaban la separación entre vida y muerte: el movimiento y el sonido. Los ritos de vida y muerte se desarrollan en esta doble clave. En el llamado arte prehistórico danza y canto se funden como símbolos de la vida mientras que quietud y silencio se conforman como símbolos de la muerte.
El hombre primitivo encontraba música en la naturaleza y en su propia voz. También aprendió a valerse de rudimentarios objetos (huesos, cañas, troncos, conchas...) para producir sonidos.
Hay constancia de que hace unos 50 siglos en Sumeria ya contaban con instrumentos de percusión y cuerda (lira y arpa). Los cantos cultos antiguos eran más bien lamentaciones sobre textos poéticos.
En la prehistoria aparece la música en los rituales de caza o de guerra y en las fiestas donde, alrededor del fuego, se danzaba hasta el agotamiento. La música está basada principalmente en ritmos y movimientos que imitan a los animales. Las manifestaciones musicales del hombre consisten en la exteriorización de sus sentimientos a través del sonido emanado de su propia voz y con el fin de distinguirlo del habla que utiliza para comunicarse con otros seres.
Los primeros instrumentos fueron objetos, utensilios o el mismo cuerpo del hombre que podían producir sonidos. Estos instrumentos podemos clasificarlos en a) Autófonos: aquellos que producen sonidos por medio de la materia con que la que están construidos; b) Membranófonos: serie de instrumentos más sencillos que los construidos por el hombre. Tambores: hechos con una membrana tirante, sobre una nuez de coco, un recipiente cualquiera o una verdadera y autentica caja de resonancia; c) Cordófonos: de cuerda, el arpa; d) Aerófobos: el sonido se origina en ellos por vibraciones de una columna de aire. Uno de los primeros instrumentos: la "flauta" en un principio construida con un hueso con agujeros.
1. Los comienzos del fenómeno musical humano, están completamente envueltos en la oscuridad .El mundo de los sonidos es algo tan incorpóreo y los primitivos instrumentos musicales de características tan desconocidas, que nada de ello ha llegado hasta nosotros .Pero tenemos un interés muy especial en saber como, cuando y por que los seres humanos se expresaron por primera vez en música; como lograron poco a poco concretar una música primitiva, que quizás estaba al servicio de otras funciones de la vida; hacer un arte de aquello y elaborar así una de las mas estimables consecuciones de los humanos.
La cuestión de estos principios ha ocupado hace mucho tiempo a la ciencia, especialmente la ciencia de la Música Contrastada, llamada hoy en día Etiología Musical.
Solamente se podía hacer hipótesis: Probar a sacar la conclusión del estado de la vida musical de los primitivos grupos de seres humanos, que existen todavía. Y así surge al mismo tiempo la cuestión: ¿qué es música? Por que podemos adelantar que de todos los elementos que tiene hoy la música, deben existir huellas. Cuando queremos hablar de música debemos decir que hay una serie de sonidos modulados que perduran a través del tiempo. Pero entonces excluimos todas las construcciones que constan solamente de un elemento. Y eso también existe. Se baila a un ritmo que solamente se hace con las manos; en otros casos están los cantos más sencillos, que carecen de cualquier eslabón con otras épocas. Nos parece que ambas apariciones ya son música aun que solamente en su forma mas primitiva. Pero eso es lo que buscamos, con nuestra cuestión de los principios de la música.
Existen unas hipótesis que son:
La de Charles R. Darwin el gran naturalista; cree que en los gritos de los seres humanos tiene que haber gritos de amor, quizás un canto primitivo era el instrumento masculino de declarar el amor. Si esto fuera real, en las canciones de los nativos dominarían las canciones de amor, pero no es así.
Tampoco encontramos en los pueblos primitivos canciones de trabajo, a las que Karl Buecher considera como punto de partida, según él los seres humanos tenían antes los gritos rítmicos para facilitar más un trabajo en común.
Pero nuestros conocimientos actuales nos enseñan que entre los primitivos casi nunca existía el trabajo en común y que mucho menos se desarrolla con cierto ritmo musical.
Mas real parece ser la idea de Carl Stumpis, Psicólogo; fundador de la música alemana; dice que la música pudo haber salido de gritos de comunicación , decía que la lengua no era suficiente como medio de comunicación cuando pastores, cazadores, y otros querían comprenderse a distancias grandes, entonces se levanto la voz hasta lo mas alto de su volumen y así llegaba mas lejos, quizás en sonidos agudos y uniformes , y a consecuencia de esto en conexión con la lengua, podrían haberse creado poco a poco los motivos musicales. Finalmente hay otra hipótesis, la significación de la música como una lengua de sonido gutural agudo, según Rousseau Herder, y también Hevert Spencer, estaban convencidos de que los acentos de la modulación de lo que llamamos “melos” de la lengua, se han creado las primeras piezas musicales.
Curt Sachs (1889-1959)se acerca mucho a ello cuando cree de las primeras entonaciones ,enormemente afectuosas ,han salido tanto la lengua que sirve íntegramente como medio de comunicación como el canto espontáneo sin origen ninguno.
Aunque nos basamos en simples suposiciones, cuando hablamos de los principios de la música ,podemos hacer un retrato bastante correcto partiendo de la música de los grupos de seres humanos que existen todavía en la actualidad y así acercarnos mas a la cuestión: ¿qué es música?.
Encontramos culturas semejantes en la Tierra de Fuego (Sudamérica), en la Wedda (melodía estrecha), utiliza solamente dos, tres o cuatro sonidos en motivos cortos y muchas veces repetidos en escala descendente de simples y rítmicas proporciones; casi como dos valores de tiempo comparados que, en su ritmo binario, nos recuerda el movimiento natural del humano al andar.
Poco mas tarde aparecen construcciones musicales que también constan de muy pocos sonidos, pero que incluyen intervalos mas grandes, que parecen gritos, tales como quintas y cuartas.
A los comprensibles elementos constituidos por sonido y ritmo se unen además en la música primitiva otras propiedades de expresión, de voz, de dinámica y agógica, en fin que son difíciles de definir.